Dentro de la cama con él abrazándome me sentía protegida,
como si viniera alguien y no pudiera hacerme nada.
-Laura... –Me dijo.
+Dime.
-No quiero que nos separemos nunca.
+Yo tampoco.
-¿Siempre?
+Siempre.
El sueño reinaba en la casa, mañana sería otro día, con
bastante bronca de mis padres, pero ya no me importaba.
~Sábado 17 de Septiembre~
Los rayos de sol penetraban entre los agujeritos de las
persianas, y ya se escuchaban algunos pájaros.
Me giré porque el sol era un poco molesto y allí estaba
él, con los ojos cerrados, un poco serio, pero guapo. Seguía teniendo un brazo
rodeándome.
Me levanté a ver si Natalia estaba despierta y poder
hablar con ella. Salí de la habitación con dolor de cabeza y me la encontré
desayunando en la cocina.
-Hola tonta. –La di un beso.
+Hola borracha.
-Uf... ¿Qué te dijeron mis padres ayer?
+Nada... Que ya hablarían contigo, sólo vi que estaban muy
enfadados.
-Lo sé, ayer
estaba castigada y me escapé...
+Jo Laura, salir con mi hermano te influye un poco ¿no?
-Ya, pero me da igual.
+No no, si yo no te digo nada, pero ten cuidado porque con
los que va no me hacen mucha gracia y no quiero que te hagan daño.
-¿Pero eres tonta? Se cuidarme de mi misma ¿eh? Y mientras
esté con Sergio no me va a pasar nada.
+Vale vale... –Se fue de la cocina.
Me lavé la cara y recogí mis cosas. Sergio ya se estaba
despertando.
-Buenos días príncipe. –Reí.
+Hola cariño. –Se estiró y se levantó de la cama.
-Me tengo que ir ya a ver que me dicen mis padres...
+Espero que no te castiguen, que hoy te quería llevar a un
sitio.
-Haré lo posible ¿vale?
+Vale. –Sonrió y vino a darme un abrazo.
-Te quiero.
+Y yo.
Después de un beso fui a casa. Me daba un poco de miedo
entrar, pero ya había abierto la puerta.
Estaba mi madre preparando la comida. Entré.
-Hola... –Dije.
+Sube a tu habitación por favor. Ya verás cuando venga tu
padre.
-Mamá, te tengo que decir una cosa.
Se giró y me miró asustada. La tranquilicé y la dije que
no era lo que pensaba, la conté todo lo de Sergio, y que era la primera vez que
me enamoraba. La supliqué que me dejara salir, porque no sólo sufría yo, él
también.
Después de esa charla pensé que se enfadaría más, pero me
abrazó.
-Laura, yo también he pasado por tu edad, y por favor, te
pido que te controles y no hagas tonterías, ya hablaré con tu padre, a ver que
opina...
+Muchas gracias mamá, te lo prometo. –Sonreí.
Fui a llamar a Sergio para avisarle de que esa tarde podíamos ir a ese
sitio al que quería llevarme.
que ganas de saber el siitio!!
ResponderEliminaresta historia se pone mas interesante, eres genial! a donde iraa ? :D
ResponderEliminarLa semana que viene publico el siguiente :)
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