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viernes, 4 de mayo de 2012

CAPITULO 3.


Martes 13 de septiembre~
Me he levantado un tanto rara. Primero pensé que todo había sido un sueño, luego no me lo creía y después empezaron los nervios y el dolor de tripa. Me puse mis lentillas, unos pitillos azules, una camiseta y las bailarinas nuevas.
Fui al instituto. Me senté en mi sitio de clase, y llegó Sergio.
-Laura ¿eres tú? –Me dijo asombrado.
+Claro que soy yo –Me reí.
-Ah, es que sin gafas no te conocía –Se empezó a reír- Te veo más guapa.
+Gracias –Me puse roja y sonreí.
-Por cierto, ¿mañana sigue en pie lo de las mates no? Porque el exámen es la semana que viene...
+Claro, mañana te pasas por mi casa sobre las seis o así si te viene bien.
-Perfec... –Acababa de llegar el profesor de historia, no le dejó terminar la frase.
+Venga, sacamos los libros y no quiero escuchar ni una palabra más. Ah, y dentro de quince días me teneis que dar el trabajo sobre Alfonso X el Sabio ¿entendido?. –Dijo muy serio.
Empezamos a sacar los libros y libretas, muchos ya estaban apoyando la mano en la cabeza y otros tomando apuntes. Y yo no paraba de darle vueltas a lo que me había dicho, no dejaba de mirarle...
Cuando acabaron las clases fui a buscar a Natalia para ir juntas a casa, y la conté lo que me había dicho.
Se puso muy contenta.
Llegué a casa más feliz que una perdiz.
-¡Hola mamá! ¿Qué hay de comer?
+Pues te e dejado preparada la comida, hay ensalada y filetes, yo me tengo que ir a donde tu tía.
-Vale, pásatelo bien.
Terminé de comer y me fui a la peluquería con mi mejor amiga, me cortaron un poco las puntas, me hicieron flequillo recto y me oscurecieron más el pelo, estaba más morena todavía.
-Tía, estas genial, tiene razón mi hermano. –Me dijo Natalia.
+Bueno, no se yo... 
-Mírate... estas súper cambiada, además esos pitillos te hacen un cuerpo... –Se empezó a reír.
+Qué boba eres –Me empecé a reír también.
~Miércoles 14 de septiembre~
Esa mañana ni desayuné, tenía un cosquilleo en la tripa que cada vez que pasaban los minutos me ponía más nerviosa.
Llegué a clase un poco tarde y no estaba él. Ni a la siguiente, ni a la siguiente, ni a la siguiente... No vino a ninguna hora. Me empecé a preocupar, y a la salida hablé con Natalia.
-Oye, ¿cuando has salido de casa seguía Sergio allí? –La pregunté.
+Pues creo que no... Pero igual estaba en su habitación.
-¿Y donde puede estar? – Mi cara cada vez parecía más desesperante.
+Bah, no te preocupes cariño, que mi hermano muchas veces falta a clase. Siempre pone sus excusas de estar enfermo.
-Ah, bueno, eso espero...
Llegué a casa y tampoco comí, aunque me crujía el estómago. Me empecé a morder las uñas y eso que las tenía pintadas, muy raro en mí.
Pasaron las horas y cada vez estaba más impaciente por que llegara Sergio.
De repente sonó el timbre de casa. Fui corriendo y me dí contra la puerta pero ni sentí dolor, solo estaba pensando en si podía ser él el que había llamado.
Abrí.
-Hola Laura, ¿qué te has hecho en el pelo?-Me dijo. ¡Si! ¡Era él! Mi preocupación se desvaneció, pero los nervios... seguían ahí.
+Hola, pues nada ayer fui a la peluquería.
-Pues que cambio, no pareces tú. A este paso no te van a reconocer tus padres. –Se rió.
+Lo sé –Me reí- ¿Qué te a pasado hoy que no has venido a clase?
-Nada... Me e ido con unos amigos por ahí...
+Como se entere tu hermana...
-No le digas nada por favor –Me miró con cara de corderito degollado.
+Claro que no, yo no voy a decir nada.
Sacamos los libros y me preguntó varias cosas, que en bastantes creo que hasta me las inventé. Pero cada vez me sentía más cómoda a su lado. Alguna broma de por medio hacía más llevadera la tarde pero a mí se me pasó el tiempo volando. Ya eran las 8:00.
Recogió los libros y les metió en la mochila, le acompañé hasta la puerta.
-Oye Laura, ¿mañana me podrías acompañar a una tienda? Es que dentro de nada tengo la boda de mi tío que seguro que te habrá hablado Natalia de ella, y no sé que comprarme. Además, mi hermana no quiere venir. - ¿¡Acompañarle!? Creo que iba a salir flotando de ahí en algunos segundos.
+¡Claro! No tengo nada que hacer.
-Pues pásame a buscar si quieres, y gracias de verdad.
+No las des hombre. –Le sonreí.
Pasaron unos instantes en los que no sabía que hacer, y creo que él tampoco.
Me miró a los ojos, se acercó suavemente y me dijo al oído:
-Ahora sin las gafas me he fijado en que tus ojos son verdes. Son preciosos.
Y se fue. 

4 comentarios:

  1. me gusta mucho! cada vez se pone mas interesante :)

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  2. Me encantaaaaaaa ^^
    Capitulo 4 yaa, porfavooor!

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  3. Genial!! :) mejor casi que imposible, que la autora siga poniéndolo
    más y más interesante como ha logrado hacer
    sigue asii:)

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  4. Muchas gracias a las 3, en serio:)
    El domingo creo que subiré 2 capitulos cielos!<3

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