Yo creo que algo más bonito que eso nunca me habían dicho.
Estuve una hora repitiéndome esa frase en mi cabeza. Me habló mi madre como
unas doscientas veces, y ninguna de ellas la presté atención, yo iba a lo mío,
a mi Sergio. Cada momento que pasaba me gustaba más. Es como una de esas
canciones que comienzas a escuchar y lo haces unas mil veces al día pero no te
cansas, y cada vez te engancha más, hasta que te tienes que levantar con esa
canción de tono de alarma.
No se me quitó la sonrisa de la cara en toda la noche,
hasta mi madre que estaba un poco de mal humor, que me echó la bronca varias
veces como suele hacer, se dio cuenta de que me pasaba algo. Pero yo negué
cualquier suposición que hizo.
Esa noche de septiembre era una de esas que ya iba
cerrando las vacaciones y que daba comienzo al nuevo curso, pero que todavía
seguía teniendo ese aroma a verano, a fresco, que apetece estar toda la noche
en el parque de debajo de casa. Me quedé mirando por la ventana como una hora
entera, con la brisa entrando en mi habitación. Era una sensación...
inexplicable.
Decidí meterme a dormir, y a pensar un ratito en él.
Bueno, a quien engañar, un ratito no, la noche entera.
~Jueves 15 de septiembre~
Amanecía en la ciudad, y yo con mi sonrisa que no se me
había quitado desde que se fue me levanté, escuchando mi canción favorita como
despertador, claro.
Hoy iba a ser un gran día, lo presentía. Me vestí lo mejor
que pude, e incluso me maquillé un poco, que nunca lo había hecho al ir a
clase. Me veía guapa, muy guapa, y nunca había tenido esa sensación. Cogí la
mochila y fui a buscar a Natalia para contarla lo del día pasado.
Las clases se me pasaron rapidísimas, con alguna sonrisa
de por medio y alguna mirada. Al final de la última hora él se giró y me
recordó que hoy teníamos planes. Nosotros. Que bien sonaba.
Me fui a clase, yo creo que saltando. No me acuerdo.
Las primeras hojas comenzaban a desprenderse suavemente de
los árboles, me gustaba, y eso que siempre he odiado el otoño, pero yo creo que
ese día estaba positiva y todo me encantaba. Hasta la coliflor que tenía para
comer. ¡Pero qué más da! Esa tarde tenía una cita, o como se llamase eso, con
él, y nada podía salir mal, porque le iba a elegir un traje de boda que dejaría
a todos los invitados con la boca abierta. Sí, su nov... su amig... bueno, qué
más da.
Al terminar de comer me puse un rato a escuchar música,
una de ellas ‘’How to love’’ de Lil Wayne. Me encantaba esa canción. Después me
preparé con una falda de flores corta, una básica azul marina, una chaqueta
vaquera y unas bailarinas. Todavía podía permitirme vestirme bastante
veraniega, aunque en menos de dos semanas empezara otra nueva estación.
Estrené un rimel que me regaló Natalia hace bastante y que
todavía no había usado ni una vez, me hacía las pestañas bastante largas. Luego
me puse un poco de pintalabios.
De repente se abrió la puerta.
-¡Cariño! –Me dijo mi madre.
+¿Qué pasa mamá?
-Te llevo llamando varias veces, pero como tienes la música
para sordos pues pasa lo que pasa.
+Vale, pero ¿qué quieres?
-No sé, dímelo tú, que hay un chico ahí abajo que se
parece mucho al hermano de Natalia. Y lleva una rosa en la mano.
+¿Una rosa? –Sonreí, pero mucho más que las veces anteriores. No sé si
mis pómulos iban a aguantar tantas sonrisas.
Me encanta de verrdad, hoy estabas mas inspirada jeje :)
ResponderEliminarMuchas gracias :) Ya... la verdad es que sí, jajaja!
ResponderEliminarMe encantaaa, de verdaaaaaaaaaaaaaaaaad! ^^
ResponderEliminarCap.4 ya (:
Muchas graciaaaas :D
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